jueves, 15 de octubre de 2009

LA MUERTE DE TRUJILLO Y GAZCUE

En Gazcue se planificaron las acciones que dieron al traste con el dictador Trujillo. Los componentes principales de la acción eran residentes de Gazcue.



Se recuerda que Trujillo fue muerto en el Malecón. Sin embargo, su residencia, es decir, desde donde éste partió a su destino, que era San Cristóbal, estaba ubicada en Gazcue, específicamente en la calle César Nicolás Penson.

A las siete de la mañana del miércoles 31 de mayo –un día después de ocurrido el hecho de sangre que acabó con la vida del tirano--, por ejemplo, Fernando Amiama Tió, hermano de Luis Amiama Tió (uno de los participantes en el ajusticiamiento), trasladó a su esposa Nassima y a sus hijas Ana María, Altagracia y Pilar a la residencia de los esposos Juan Max Alemany e Irene Diná de Alemany, a la calle Cervantes NO.25, de Gazcue.

Estrella Shdalá, otro de los complotados, fue atrapado por las fuerzas trujillistas al pasar por el restaurante El Dragón, situado frente al parque Independencia.

Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza, dos protagonistas del evento, fueron acribillados a balazos por las fuerzas del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la calle Julio Verne a esquina Bolívar, frente al parque Independencia.

Antonio Imbert Barrera, otro de los participantes en el ajusticiamiento del sátrapa Trujillo estuvo escondido en el apartamento donde residían Mario (ex soldado de la Segunda Guerra Mundial, perteneciente al ejército de montaña) y Dirse Cavagliano, funcionarios de la embajada italiana en el país. La residencia estaba situada en la calle Juan Sánchez Ramírez a esquina Mahatma Ghandi, en pleno Gazcue. Imbert penetró a la casa el 2 de junio y se mantendría allí hasta el 3 de diciembre de 1961.

1 comentario:

  1. Inmediatamente después del asesinato de Trujillo, los miembros del complot, con el cuerpo de Trujillo en el baúl del carro, fueron a la casa del Dr. Durán en la Cayetano Rodriguez para atender las heridas sufridas y a esperar las noticias de los militares afines. El ejército no respondió. Decidieron separarse y buscar dónde esconderse. Mi papá, Rafael Helú, amigo y vecino de varios de los participantes llevó a Imbert Barrera a su primer escondite.

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