jueves, 15 de octubre de 2009

HISTORIA DE GUIBIA

Investigado y escrito por: Ing. Antonio José Guerra Sánchez

Lo que hoy es la Avenida Independencia de Santo Domingo, a finales del año de 1800, se denominaba Camino de Güibia, salpicado en aquel entonces de estancias placenteras donde las élites capitaleñas se alejaban de las molestias de la ciudad intramuros. Estas estancias con el correr de los años se transformarían en los primeros barrios periféricos de la capital, al iniciarse la lotificación de esos terrenos en cuadras y solares.

Este camino de Güibia partía desde la Sabana del Estado (hoy Parque Independencia) hacia el oeste.

· El primer tramo, hacia el lado norte, correspondía a la Estancia de los Lugo, con 320 metros de frente. Hoy, el espacio de esa estancia lleva por nombre ENSACHE LUGO, por haber sido su propietario Tomás Joaquín Lugo Alfonseca (n. 21 diciembre 1836), natural de San Carlos de Tenerife (extramuros de Santo Domingo) y quién casó en la Iglesia de San Carlos, el 16 de agosto de 1864, con su compueblana Cecilia Herrera Viera. Fueron los padres del historiador y hombre de letras Isidro Américo (11 abril 1870-4 agosto 1952), de Ana Teresa (n. 17 octubre 1865), Félix Santiago (29 agosto 1868-11 junio 1942) y Manuel Joaquín (n. 1 enero 1867). Los Lugo descienden de Nicolás Lugo Yepes (1807-21 febrero 1845) y de Juana de la Trinidad Alfonseca Barias (1812-1891), siendo esta última descendiente de uno de los fundadores de la Villa de San Carlos en 1684, Don Francisco Alfonseca o Fonseca y de Doña Petrona Díaz originarios de Tenerife, Islas Canarias.

· A continuación de la Estancia de los Lugo y siempre a mano derecha, estaba la Estancia de los Pichardo (220 metros de frente), cuyo propietario era José Dolores –Loló– Pichardo Betancourt (19 marzo 1852-7 diciembre 1904), natural de San Carlos, quien tuvo con Carmen Eulina Lapeiretta y con Baudilia Ceara Fondeur los siguientes hijos: Juana Evangelista (m. 21 enero 1963), José (n. 1886), Clara Eugenia (n. 12 agosto 1887), Bernardo Martín (n. 1889), Conrado Alberto (n. 1891), Pedro Octavio (n. 1892), Leticia (n. 28 noviembre 1895), María (n. 3 mayo 1897), Lidia (n. 27 marzo 1898), Luz Pichardo Lapeiretta (n. 4 noviembre 1898), y el que fuera Secretario de Estado del Tesoro, Don José Furcy Pichardo Ceara (26 abril 1891-23 octubre 1973). Don Loló era hijo de José Antonio Pichardo Tejera (1817-1888), luchador febrerista y uno de los firmantes del Acta de Separación del 16 de enero de 1844, y de la sancarleña Juana de la Cruz Betancourt Lara (1810-1886). Marchó a Santiago de Cuba en 1903 como exiliado, al caer el gobierno de Alejandro Woss Gil y allí muere. Lo que era su estancia forma hoy parte del ENSANCHE PRIMAVERA.

· Inmediatamente seguía en el lado norte la Estancia de los De Castro (540 metros de frente). Su propietario era el banilejo Apolinar de Castro Lara (23 julio 1836-20 noviembre 1889), quien con María Virginia Gómez Alfau (n. 20 enero 1843) tuvo a Heriberto Rafael (n. 30 marzo 1864), Lea (n. 22 marzo 1865) y Publio de Castro Gómez (1866-1879); con Dolores Alfau Bastidas tuvo a Mercedes (n. 1879) y a María Teresa de Castro Alfau (n. 1881). Don Apolinar de Castro era hijo del prócer de la Independencia y Presidente Constitucional Jacinto de Castro (15 agosto 1811-13 diciembre 1896) y de María Concepción de Lara Suazo. Los De Castro pertenecen a las familias de la zona de Hincha que se vieron precisadas a huir de las invasiones haitianas. Una calle de este sector honra la memoria de Doña Lea de Castro Gómez, quien casó el 23 de julio de 1885, con Enrique Henríquez Alfau (30 noviembre 1859-5 junio 1940). Son los padres del poeta y escritor Rafael Américo Henríquez de Castro (30 septiembre 1899-11 enero 1968).

El Ensanche Primavera, como hoy se denomina parte de esa zona, debe su nombre al primer hipódromo que existió en la capital, cuyos establos y graderías podían ser observados en épocas posteriores en el Instituto Escuela, ubicado en la calle Socorro Sánchez.

Otras estancias dignas de ser mencionadas ocupaban el litoral sur del Camino a Güibia hacia el oeste: la Estancia de los Gautier (de Manuel María de la Concepción Gautier y Evarista Rafaela Hinojosa Campillo), la Estancia de los Báez (Teodoro Osvaldo Buenaventura Báez Machado y Sarah Hortensia López-Penha Marchena), la Estancia de los Damirón (Juan Bautista Amable Damirón Burgos y Andrea Rodríguez-Objío), la Estancia de los Nanita (Abelardo Nanita de la Rosa y Aurelia Camelia de León), la Estancia de los Vicini (Juan Bautista Vicini Cánepa y Mercedes Laura Perdomo Santamaría). Aún muchas de las familias mencionadas conservan propiedades en estas zonas citadas.

EL GAZCUE DE MARCOS POLANCO

Por Olga Margarita Gomez Cuesta

La estirpe Polanco-Chicoteau-Henault fue fundada, en 1824, en la República Dominicana, por el matrimonio de Manuel Polanco y Josefina Adelaida Chicoteau o Josefina Henault.

Manuel Polanco nació en San Juan de la Maguana, alrededor de 1802. De profesión zapatero, sirvió como Sargento del Regimiento Fijo de Puerto Rico, en Santo Domingo, al mando del Coronel de Infantería Isidoro Linares. Su esposa Josefina Adelaida era hija de Fortuné Henault, platero, natural de Haití y una dama de apellido Layssi, natural de Nueva York, Estados Unidos de América, de cuya ascendencia no tenemos datos.

En su unión procrearon a: Luis Oven (1824), María Manuela (1826), María Apolonia (1928), José Manuel (1830), Petronila (1832), María Josefa (1835) y Marcos Bartolomé, nacido el 25 de abril de 1838.

Marcos Bartolomé Polanco Chicoteau-Henault se destacó como la figura más polémica que haya vivido en Gascue desde sus inicios. Los que lo conocieron profundamente le atribuyeron dotes de hombre sencillo, con una visión clara para engrosar su patrimonio personal. Sin embargo, rodeada de una ola de misterio, la imagen de don Marcos fue sacrificada, hasta mediados del siglo XX, por la ignorancia de las gentes de su tiempo, que le achacaban el haberse enriquecido con las botijas que, Don Francisco de Gascue dejó abandonadas en los terrenos adquiridos por este. Otros mitos y leyendas se tejieron en torno a esas propiedades, entre los que se incluyen casas embrujadas, fantasmas, mapas del tesoro, esclavos negros sacrificados, zombies y otros personajes de las películas del cine mudo. La realidad era muy distante a esos rumores, usados como entretenimiento por los jóvenes de la zona después de la hora de la cena, en una ciudad que no tenía nada que hacer.

Don Marcos viajó joven a Venezuela, de donde regresó con su socio Aquiles Bermúdez, miembro de una familia de curtidores de pieles en la tierra araucana e instalaron una tenería en la margen oriental del Ozama, en el poblado de Pajarito, que luego trasladó a su propiedad en la Avenida Bolívar. Esa decisión se convirtió en el primer gran conflicto entre vecinos de la nueva zona residencial en los terrenos de Gascue, que de repente se vio invadida por el hedor de una industria curtidora de pieles, justo en la entrada del espacio donde muchas familias pretendían vivir en paz, al margen del comercio de la ciudad intramuros.

Esta propiedad la había adquirido Polanco a finales del siglo XVIIII. Colindaba al oeste y al norte con los potreros ¨Mis Amores¨ y ¨La Generala¨ de Don Pedro A. Lluberes (lo que hoy se puede entender como la calle Dr. Delgado), pasaba al sur del Palacio Nacional hasta la hoy calle Manuel María Castillo, tomando la 30 de Marzo, que era el limite este de la propiedad. Al sur colindaba con la Sabana del Estado, hoy parque Independencia, y tomaba la Avenida Bolívar, regresando hacia la Dr. Delgado. Es como, más o menos, se puede graficar hoy esta parcela, que se estima fue adquirida a un centavo el metro cuadrado.

En los primeros años del siglo XX, Marcos Polanco inició la urbanización de su propiedad, vendiendo solares, edificando viviendas y utilizando un modelo casi idéntico en todas las casas, de las que aún quedan algunas conservadas en las dos primeras cuadras de la Avenida Bolívar, incluyendo la del propio Polanco

El primer terreno en la acera norte de esa avenida, hoy esquina Julio Verne, se mantuvo yermo por muchos años y en las décadas de los años 40 y 50 era utilizado por los circos y ferias que visitaban el país. Posteriormente edificado, el lugar hoy luce arrabalizado, con un control de guaguas justo donde fueron acribillados algunos de los héroes del 30 de mayo de 1961.

La calle Julio Verne fue asiento de distinguidas familias de la capital, entre las que se recuerda la casa de los descendientes del Patricio Sánchez, donde nació y se crió el poeta Enriquillo Sánchez.

Se dice que Marcos Polanco llegó a tener más de cien casas en alquiler y que la gran mayoría fueron destruidas por el ciclón de San Zenón, lo que lo forzó a vender esos terrenos como solares a legendarias familias de intramuros y de San Carlos, que criaron a sus descendientes durante el apogeo de este sector en los años treinta, cuarenta y cincuenta.

Marcos Bartolomé Polanco Chicoteau-Henault casó en 1861, con Genarina Paredes (1848-1903) procreando a:

Manuel María, nacido el 16 de febrero de 1862, quien casó con Adriana Billini Aristi, hija de Esteban Billini, Prócer de la Independencia y Concepción Aristi, natural de Baní.

Josefina, que casó con Manuel Durán Bracho, hijo de Manuel Durán, médico, natural de Maracaibo, Venezuela y María Altagracia De la Concha, hija del prócer Tomás Eleuterio de la Concha y López.

María de las Nieves, nacida el 4 de febrero de 1868, casó con Arquímedes Cruz Álvarez, hijo de Manuel María Cruz Lepín y Dolores Álvarez. Marcos, nacido el 13 de febrero de 1870, casó el 3 de marzo de 1906 con Edelmira Baralt hija de Nicolás Baralt, natural de Maracaibo, Venezuela y Rosa Sanabria.

Julio (1872-1873) y Pedro Julio, nacido el 20 de enero de 1881, quien casó el 25 de diciembre de 1915 con Graciela Aybar, hija de Federico Aybar Sainz (1826) y Trinidad Vilquez o Vilchez, natural de Azua, quienes a su vez, procrearon a Gladys y Amada, distinguidas damas que aún residen, en parte de los terrenos originales de su abuelo, en la calle Uruguay.

REPARTO LA AGUEDITA

Por Olga Margarita Gomez Cuesta


En los primeros años del Siglo XX, se llamaba Gascue o Gazcue la porción de terreno donde hoy se encuentra la Plaza de la Cultura, la embajada de los Estados Unidos y el Banco Central. Fue justamente en los terrenos del Banco Central donde se construyó la primera casa de este ensanche que, hasta después de mediados de ese siglo, fue la cuna de la aristocracia capitaleña.

Esta primera vivienda, construida al estilo inglés por el banquero inglés Henry Hunt Gosling Smith (casado con la capitaleña Blanca Petronila Pelegrina Ricart Pérez), consistía en un hermoso “chalet”, como se denominaba, erigido en el centro de la propiedad y rodeado de una copiosa grama verde, árboles y jardines con pendientes al sur.

Por siglos, la élite capitaleña había vivido intramuros y ya a finales del Siglo XIX, la densidad poblacional del casco urbano era tan espesa que, las familias tradicionalmente acomodadas comenzaron a perder un miedo acuñado por cuatro centurias, decidiéndose a salir de las murallas. En ese entonces, San Carlos y Galindo eran poblaciones periféricas. Ciudad Nueva era una zona adosada a la muralla.

En busca de paz y salud empiezan a surgir pequeñas estancias de veraneo más allá de la “Sabana del Estado” o “Ejido de la Sabana”, amplio terreno al oeste de la Puerta del Conde y lugar que se usaba para la caza de palomas y el maroteo de los muchachos, que luego fue convertido en el Parque Independencia. Allí se inauguró en 1824 el Cementerio Municipal de Santo Domingo. A partir de ese espacio surgieron los “caminos” hacia el oeste, posteriormente convertidos en las avenidas Independencia y Bolívar, entre otras. Surgen por supuesto los grandes empresarios inmobiliarios de la época.

Uno de ellos, fue el pionero urbanizador don Pedro A. Lluberes, propietario de grandes extensiones de terreno limitadas al oeste por la “Sabana de Estado” que compró a don Casimiro de Moya; al sur, por la hoy avenida Bolívar hasta la hoy Máximo Gómez, y al norte, lo que es hoy el Palacio Nacional, o los terrenos de “La Generala” (donde a inicios de 1800 estaba la estancia de Josefa Delmonte Pichardo, viuda de Don Juan Sánchez Ramírez, el prócer de la Batalla de Palo Hincado); al este, estaban los terrenos de Marcos Bartolomé Polanco Heneault y más al sur-oeste, junto a “La Primavera”, los terrenos de Enrique Henríquez y Lea de Castro. Esta propiedad que llamó “La Generala”, era asiento de un gran enclave agroindustrial que se extendía hacia el norte hasta La Esperilla, donde se encontraban los potreros que don Pedro llamó “Mis Amores”.

En la primera década del Siglo XX, don Pedro decidió urbanizar esos terrenos agrícolas, dividiéndolos en solares de mil metros cuadrados, con regulaciones contractuales en cuanto al tipo de construcción y exigiendo la conservación de los espacios verdes. También construía viviendas terminadas casi todas con las mismas características y fachada, las cuales tenían una gran demanda en el mercado. Una de las características, eran los sótanos, que sirvieron para salvar muchas vidas en el ciclón de San Zenón.

Hombre amante de su familia, don Pedro reservó en el corazón de estos terrenos un espacio donde erigió “La Aguedita”, un residencial bautizado en honor a su esposa, Agueda Rosa Saviñón Bona, en el que construyó catorce viviendas, una para cada uno de sus hijos. Hoy, “La Aguedita” sigue siendo un oasis en medio del bullicio.

Don Pedro Antonio Lluberes Saviñón, nació en la ciudad de Santo Domingo, en 1855. Fueron sus padres Félix A. Lluberes Álvarez y María de la Encarnación Saviñón Piñeyro, primos. El 11 de abril de 1878 casó con su prima Agueda Rosa Saviñón Bona, nacida en 1857, hija de Francisco Saviñón Piñeyro y Agueda Bona Hernández, hija de Ignacio Bona y Juana Hernández.

Sus catorce hijos fueron: Pedro Altagracia de las Mercedes (1879), quien casó con Ester Herrera Alfonseca; Julio César (1880), quien casó con Aminta Peña Cifré; Agueda Rafaela (1881), quien casó con Vetilio Arredondo Miura; Luís Napoleón (1883), quien casó con Dalila Richiez Noble; Oscar, quien casó con su concuñada Venecia Herrera Alfonseca; Asia, soltera; Héctor, quien casó con su prima Blanca Benicia Piñeyro Lluberes; Barón Belarminio (1889), quien casó con su prima y concuñada Carmela María Piñeyro Lluberes; María Julieta (1891), quien casó con Juan Bautista del Toro Andujar; Grecia, soltera; Edmundo Rodolfo (1894), quien casó con Rosa Mejía Sánchez; Natalia Marina Concepción (1896), quien casó con Luis Adolfo Cambiaso Mejía; René (1891), quien casó en Venezuela con Josefina Domínguez y Rafael, soltero.

Don Pedro Antonio Lluberes Saviñón, muere en Santo Domingo, el 25 de diciembre de 1919 y su esposa Aguedita, falleció el 6 de junio de 1940.

ENSANCHE PRIMAVERA

Por Olga Margarita Gomez Cuesta

El Ensanche La Primavera surgió en el año de 1911 y debe su nombre a la espectacular belleza floral de estos terrenos, propiedad de don Enrique Henríquez Alfau y que fueron fusionados, hacia el este, con una porción de terreno propiedad de la familia De Castro, por el matrimonio de don Enrique con Lea de Castro.

Los límites de la propiedad se definían más o menos así: al este, un lindero muy irregular producto de la fusión y que se podría definir como la hoy calle Danae; cortando hacia la hoy calle Garcia Godoy, tomando al norte la acera sur de la avenida Bolívar (Camino de Santa Ana) hasta llegar al oeste bordeando los terrenos de los Alfonseca, antiguamente de los Gautier, hoy calle Socorro Sánchez. Al sur, la calle Lea de Castro hacia la Pasteur, tomando una franja que colindaba con las grandes estancias de algunas familias distinguidas de la capital frente al mar Caribe. Después del ciclón de San Zenón, la parte sur de esta franja fue convertida en la Avenida Colombia (hoy George Washington), bajo la protesta airada de los propietarios de la zona. Parte de esos terrenos son actualmente ocupados por los hoteles Meliá y Jaragua, entre otros inmuebles.

Don Enrique Henríquez, inspirado por el éxito inmobiliario de su vecino Pedro Antonio Lluberes, en los predios de su finca al norte de la avenida Bolívar y comprendiendo la indetenible realidad urbana por el cambio de uso en los terrenos circundantes, ideó el desarrollo de un proyecto inmobiliario con grandes mejoras frente a lo que había hecho Lluberes, dotándolo incluso de un hipódromo, que posteriormente fue convertido en el estadio deportivo donde se escenificaron las más grandes competencias entre Licey y Escogido, ubicado donde hoy se encuentra el Instituto Escuela, prestigioso centro educativo fundado por los descendientes de Don Enrique.

La diferencia entre lo desarrollado por Lluberes y el Ensanche La Primavera se hizo notable por las amplias aceras y las anchas calles de 14 metros de ancho lineal que construyó Henríquez Alfau, medida igual a la utilizada en la avenida Independencia. El concepto residencial estrenado era de enclaves de lujo para familias de una clase con mayor rango económico que la de los clientes de Lluberes, ajustándose a una visión tan competitiva que llegó al extremo de aislarlo, trazando las calles de manera que no coincidieran con las de Lluberes, en el tramo Norte de la avenida Bolívar.

Es por ello que hoy se hace tan caótico el tránsito vehicular de sur a norte de un Gazcue totalmente dividido por Enrique Henríquez. Para colmo, los otros propietarios que continuaron el desarrollo de viviendas hacia la avenida Máximo Gómez se dedicaron a imitar ese mismo modelo, bloqueando el paso sur-norte por la avenida Bolívar.

Las primeras residencias lujosas de La Primavera se levantaron en las calles Pasteur y Cervantes (otrora elegantes avenidas) y muchas de ellas fueron casi destruidas por el ciclón de San Zenón y reconstruidas posteriormente, dando paso a residencias aún más lujosas que las originales, de las cuales una mínima parte permanece conservada.

Don Enrique Henríquez Alfau, nació en la ciudad de Santo Domingo, el 30 de noviembre de 1859. Su padre, Idelfonso Henríquez y Carvajal (1841), era hijo de Noel Hernríquez, natural de Curazao y Clotilde Carvajal. Su madre, Belén Alfau (1839), era hija de Antonio Abad Alfau Bustamante (1817-1871), anexionista, colaborador de Pedro Santana y Vicepresidente de la República en 1856 y de María del Rosario Villanueva (1820-1846).

Abogado, político, intelectual y hombre de elevada formación moral, casó en primeras nupcias en 1885 con Lea de Castro, nacida el 22 de marzo de 1865 e hija de Apolinar De Castro Lara (1836) y Virginia Gómez Alfau. De esta unión nacieron Enrique Apolinar (Don Quiquí), el 6 de junio de 1886, ardiente opositor a la invasión norteamericana; Eduardo Noel, en 1888, Belén Elvira, el 25 de enero de 1889 y quien casó con Ricardo Pérez Alfonseca, hijo de Guillermo Alfonseca y Juana Pérez; Abad (Don Babá), director fundador del Instituto Escuela, quien casó con María Teresa Rodríguez Gautier, hija de Amadeo Rodríguez y Mercedes Laura Gautier; y Rafael Américo, el 30 de septiembre de 1899.

Enrique Henríquez Alfau casó en segundas nupcias con Oliveta Calero Travieso, hija de Manuel María Calero Lòpez y Evelina Travieso, con quién vivió en su hermosa residencia de la calle Hermanos Deligne, desde el 1928 hasta la hora de su muerte el 5 de junio de 1940.

Ese monumento viviente de la arquitectura de Gazcue, ubicado entre las calles Lea de Castro y la avenida Independencia, se mantiene en pié de lucha contra quienes han iniciado la destrucción de la invalorable herencia que dejara la primera generación de arquitectos dominicanos.

¿GAZCUE O GASCUE?

Paradojicamente, mientras mas se reduce, mayor quisieramos que fuera en su dimensionali dad territorial. Del rimbombante “gran Gascue” se habla y escribe desde hace otros tiempos. Tanto lo apreciamos que hay quienes han hecho llegar el mito urbano hasta las lindes del malecon. Originalmente era una hacienda, grande, eso si. Se puede apreciar su magnitud si se revisa la cartografia levantada por Casimiro de Moya para su plano de la ciudad de mayo de 1900. Pertenecia a Francisco Gascue Olaiz, escrito asi mismo, con ese, pero con zeta en el ultimo y extraño apellido. Aparece referido como tal en el libro “El papel moneda dominicano”, tomo I, 1782-1912, de los autores Miguel Estrella e Issac Rudman. Y lo que alli se dice de ese personaje mueve a reflexion. Al pie de la pagina 28 (tercera cita), se puede leer, y citamos: “En una auditoria realized al Contador Real de Santo Domingo, don Francisco Gascue Olaiz, se encontraron algunos fajos de billetes falsos, dando motivos a una investigacion en la que se involucro al funcionario real en el acto doloso. Hecho prisionero, fue conducido a Caracas de donde nunca mas regreso ni se supo de el. A Francisco Gascue se le debe el nombre de un importante sector de la ciudad de Santo Domingo. Antiguamente la avenida Bolivar fue conocida como Camino de los Gascue, por conducir desde la zona intramuros a la hacienda donde el residia con su familia”. Ya en lo adelante, cualquier comentario esta demas… Por Emilio Jose Brea Garcia

FAMOSO ASALTO AL BANCO DEL PROGRESO EN LA AVENIDA INDEPENDENCIA ESQUINA SOCORRO SANCHEZ EN GAZCUE











LA MUERTE DE TRUJILLO Y GAZCUE

En Gazcue se planificaron las acciones que dieron al traste con el dictador Trujillo. Los componentes principales de la acción eran residentes de Gazcue.



Se recuerda que Trujillo fue muerto en el Malecón. Sin embargo, su residencia, es decir, desde donde éste partió a su destino, que era San Cristóbal, estaba ubicada en Gazcue, específicamente en la calle César Nicolás Penson.

A las siete de la mañana del miércoles 31 de mayo –un día después de ocurrido el hecho de sangre que acabó con la vida del tirano--, por ejemplo, Fernando Amiama Tió, hermano de Luis Amiama Tió (uno de los participantes en el ajusticiamiento), trasladó a su esposa Nassima y a sus hijas Ana María, Altagracia y Pilar a la residencia de los esposos Juan Max Alemany e Irene Diná de Alemany, a la calle Cervantes NO.25, de Gazcue.

Estrella Shdalá, otro de los complotados, fue atrapado por las fuerzas trujillistas al pasar por el restaurante El Dragón, situado frente al parque Independencia.

Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza, dos protagonistas del evento, fueron acribillados a balazos por las fuerzas del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la calle Julio Verne a esquina Bolívar, frente al parque Independencia.

Antonio Imbert Barrera, otro de los participantes en el ajusticiamiento del sátrapa Trujillo estuvo escondido en el apartamento donde residían Mario (ex soldado de la Segunda Guerra Mundial, perteneciente al ejército de montaña) y Dirse Cavagliano, funcionarios de la embajada italiana en el país. La residencia estaba situada en la calle Juan Sánchez Ramírez a esquina Mahatma Ghandi, en pleno Gazcue. Imbert penetró a la casa el 2 de junio y se mantendría allí hasta el 3 de diciembre de 1961.

GAZCUE EN LA DESAPARICION DE NARCISO GONZALEZ

Otro uniformado llamado a interrogatorio fue el entonces coronel de la Policía, Ramiro Terrero García, quien era comandante de la zona Sur de Santo Domingo, con asiento en el destacamento de Gascue. Sostuvo que era incierto que la noche del 26 de mayo del 1994 hubiera recibido allí a personal del DNI, y que con relación a la ausencia del doctor González sólo sabía lo que habían dicho los medios de comunicación y las instrucciones de la Jefatura de la Policía en el sentido de activar la localización de esa persona. En términos parecidos se pronunciaron el segundo teniente Víctor Manuel González Núñez, el sargento Inocencio Trinidad Velorio, el cabo Juan Antonio Liviano Pirón, el cabo Santo Salvador Antuna y Antuna, y el raso Luis Manuel Santana Pantaleón, quienes estuvieron laborando en el Departamento de Gascue en mayo del 1994.



La mujer que vendía café en el hipódromo Perla Antillana y vió a Narciso González en ese lugar resultó ser Lucrecia Puente Mateo (alias Miriam). Al ser interrogada informó que, ciertamente, vió a Narciso alrededor de las 2:30 de la tarde y que éste le manifestó que casi se estaba yendo. Cerca de las 5:00 de la tarde, según dijo, lo volvió a ver en el mismo lugar.

El mecánico Danilo Cecilio Nazario (alias Renco) dijo que vió a Narciso abordando un autobús público luego de estar en el hipódromo Perla Antillana, y que alrededor de las 6:00 de la tarde él (Danilo) se quedó en la esquina de las calles Bartolomé Colón y Tunti Cáceres.

LA FAMILIA ANDRES FUE FUNDADA EN GAZCUE

La inquietud y posterior unión de un grupo de estudiantes universitarios que hace veintisiete años se juntaron, dio como resultado la creación de La Familia André, un concepto musical que rompió los esquemas existentes hasta entonces en el país. Iniciaba el año 1981.



Como lo afirma su líder Fernando Echavarría, la agrupación siempre estuvo conformada por artistas, no por músicos, pues, según explicó en La Familia André todos somos protagonistas”.

Echavarría, quien en estos momentos se prepara con el grupo para dar a conocer su producción número 16, afirmó que la merma de la música, sobre todo del merengue, se debe a que no hay aporte a la misma.

“La música ha cambiado en muchos aspectos, pero la venta de todo lo que es producción musical ha bajado, sobre todo en el merengue, porque no hay creatividad alguna”, afirmó.
En ese sentido dijo que con relación al merengue los arreglos son repetitivos. Todos son iguales. No obstante dio crédito a los bachateros que, según él, son mas creativos.

Caribe Fusón
La Familia André es la referencia para el género “Fusón”. Así lo confirmó su creador e ideólogo Fernando Echavarría.

“Yo bauticé el “fusón” en el año 1986 y eso está plasmado en el disco “Caribe fusón”. Ese álbum es el punto de partida de lo que es este contagioso ritmo”.

El interprete de “Nandé” agregó que con sus conocimientos musicales fue que pudo dar con la creación del “fusón” que hoy todos conocen: “la incursión de guitarra eléctrica y sintetizadores, que se utilizaban en género como el rock y el jazz”.

La ceguera
Fernando, que lleva varios años padeciendo de retinopatía, a consecuencia de la diabetes, fue recientemente operado de la vista, y aseguró a este diario que la intervención le recuperó la visión que le hacia falta.

“Mira, yo soy diabético y en 1979 me operaron de desprendimiento de retina. Ahora con esta nueva operación puedo distinguir los detalles, mi salud marcha positiva”, añadió.

Producciones
Tras su receso en el mercado local, el grupo grabó tres discos que se hicieron sentir en el extranjero, sobre todo en Centro y Suramérica donde tiene una legión de fans cautivos.

Las frases de Fernando Echavarria
Familia André descuidó el mercado local”.
Todos los merengues son iguales. Se repiten”.
La Familia André nunca se manejó con payola, siempre tuvimos apoyo desinteresado”.

Las claves
1. El concepto

El estilo de la música fue creado por todos los integrantes con una dinámica de grupo, sobre la base del género son tradicional.

2. Dinámica de grupo
“Yo doy la pauta de lo que quiero, pero todos participamos en los arreglos. Carlos Mario Echenique tuvo mucho que ver con el estilo musical de la Familia André. Es uno de los fundadores de este concepto”, explicó el artista.

Antecedentes
Origen

Surge en 1981 como una idea de Fernando Echavarría, que entonces era estudiante de arquitectura en la Universidad Pedro Henrriquez Ureña -UNPHU-.

Fundadores
Fueron siete estudiantes de diferentes universidades que se reunieron en la casa materna de Echavarría, en en la calle Caonabo No. 20 de Gazcue.


Revelación
En 1982 fueron Revelación del Año en los Premios Dorados.